Indice
Introduccón |
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Cronología |
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El Exilio de Plutarco Elias Calles |
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Fuentes documentales |
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Bibliografía |
Introducción
Con la muerte de Álvaro Obregón el 17 de julio de 1928 a manos de José de León Toral en el restaurante La Bombilla, se evidenció una crisis política que la pasada reelección había retrasado. A pesar de que en su último informe de gobierno Plutarco Elías Calles propugnó por que el país dejará atrás la época de los caudillos para pasar al de instituciones y leyes, en los hechos el dominio que ejerció sobre la política nacional, y que le valió el mote de “Jefe Máximo de la Revolución”, fue indiscutible.
Esta dualidad de poderes, por un lado la “Jefatura Máxima” y por otro el Poder Ejecutivo, fue una característica del periodo que va de 1928 a 1936, año en que Lázaro Cárdenas decidió poner fin a esta situación mandando al exilio al general Calles.
Si bien el poder de Calles no fue absoluto y, para 1934, tanto él como su grupo ya no contaban con el control de la clase política y mucho menos del país, su eliminación del escenario nacional fue relevante ya que inauguró uno de los elementos característicos del sistema político mexicano: el presidencialismo.
Cronología
· 17 de julio de 1928. Muere asesinado Álvaro Obregón, siendo presidente electo.
· 1 de septiembre de 1928. Cuarto y último informe de gobierno del general Plutarco Elías Calles, en el que declaró que México debía pasar: “de la condición histórica de país de un hombre a la de nación de instituciones y leyes”.
· 6 de diciembre de 1933. En la II Convención Nacional Ordinaria del PNR se declara candidato oficial a la presidencia de la República a Lázaro Cárdenas del Río.
· 30 de noviembre de 1934. Toma posesión de la Presidencia Lázaro Cárdenas en el Estadio Nacional.
1935
· 12 de junio. Se publicó en la prensa las declaraciones de Plutarco Elías Calles en el texto del senador Ezequiel.
· 13 de junio. La Confederación General de Obreros y Campesinos de México (CGOCM) y el Partido Comunista Mexicano (PCM) forman el Comité Nacional de Defensa Proletaria (CNDP)
· 14 de junio. Se publicó en los diarios la respuesta de Cárdenas a las declaraciones de Calles.
· 16 a 19 de junio. Calles anunció su salida de la capital del país y para el 19 salió rumbo a Mazatlán, Sinaloa y de ahí a Los Ángeles, California.
· 11 septiembre. Se registró una balacera en la Cámara de Diputados en la que murieron los legisladores Manuel Martínez Valadez y Luis Méndez miembros del Ala de Izquierda.
· 13 de diciembre. Calles regresó a la ciudad de México acompañado de Luis N. Morones.
· 14 de diciembre. Se desaforó a los senadores Francisco L. Terminel, Bernardo L. Bandala, Cristóbal Bon Bustamante, Elías Pérez Gómez y Manuel Riva Palacio.
· 15 de diciembre. Fueron destituidos de sus puestos los generales Joaquín Amaro, Manuel Medinaveytia y José María Tapia.
· 16 de diciembre. El Senado desapareció los poderes de los estados de Guanajuato, Durango, Sinaloa y Sonora.
· 17 de diciembre. Se anuncia en el recién creado diario callista El Instante, la conformación del “Partido Constitucional Revolucionario”.
· 22 de diciembre. Gran manifestación en apoyo al gobierno de Lázaro Cárdenas, según cifras oficiales alcanzó un número de 80 mil asistentes.
1936
· 9 de enero. Se llamó a testificar a Calles por el contrabando de armas por Nogales, Sonora, en 1915.
· 5 de abril. Un tren que iba de Veracruz a la ciudad de México, fue dinamitado cerca de la estación de Paso Grande.
· 9 de abril. El general Rafael Navarro Cortina, comandante de las Fuerzas Militares del Distrito Federal, fue el encargado de notificar a Plutarco Elías Calles su salida del país.
· 10 de abril. Sale exiliado del país el general Plutarco Elías Calles acompañado de Luis N. Morones, Luis L. León y Melchor Ortega.
El exilo de Plutarco Elías Calles
Dulce Liliana Cruz Rivera
Plutarco Elías Calles se convirtió a partir de 1928, después de la muerte de Álvaro Obregón, en la figura predominante de la política mexicana. Aunque, como había declarado en su último informe de gobierno, México carecía: “…de personalidades de indiscutible relieve, con el suficiente arraigo en la opinión pública y con la fuerza personal y política bastante para merecer por su sólo nombre y su prestigio la confianza general” [Alejandra Lajous, Los orígenes del Partido Único en México, México, UNAM, 1979, p. 24], él y el grupo de políticos que lo rodeaba asumieron el control del que sería el partido en el poder, inaugurando la etapa en la historia de nuestro país conocida como “Maximato” y que terminaría de forma definitiva el 10 de abril de 1936 con el exilio forzoso del general Calles.
El dominio de Calles no fue absoluto durante esos años, lo que le permitió ejercerlo fue que supo controlar el recién creado Partido Nacional Revolucionario (PNR) y conciliar los diferentes intereses en su interior, como lo hizo con la candidatura de Lázaro Cárdenas en la cual tuvo que ceder a las tendencias de las organizaciones campesinas que respaldaron su postulación.
Cárdenas aprovechó esa circunstancia y desde el inicio de su precandidatura y después ya como candidato por la presidencia de la República aglutinó a las fuerzas políticas ajenas al aparato del partido creando una base de poder independiente al PNR.
Ya como presidente fue parte importante de su gobierno el apoyo a las organizaciones obreras que también formaron parte de estas bases de respaldo y tal apoyo mutuo se tradujo en un incremento en las huelgas de los trabajadores durante los primeros meses de 1935, lo que provocó que los callistas, más ligados a los grupos empresariales, desafiaran su autoridad recurriendo al “Jefe Máximo de la Revolución”. Sin embargo y a pesar de las divisiones existentes sobre todo en la Cámara de Diputados, el conflicto se intensificó cuando Calles regresó a la ciudad de México el 3 de mayo de 1935, después de una ausencia de varios meses.
Fue el 12 de junio de ese año cuando apareció en la prensa un escrito hecho por el senador Ezequiel Padilla donde transcribió las declaraciones que había hecho el general Calles unos días antes cuando había sido visitado por él y otros senadores(Documento 1). En ellas censuró las divisiones al interior del partido, refiriéndose específicamente al ala de izquierda de la Cámara de Diputados y criticó la tolerancia del gobierno cardenista ante las huelgas ocurridas ese año.
El periódico El Nacional, órgano oficial del PNR, no publicó la entrevista ya que un día antes Matías Ramos presidente del comité ejecutivo del partido le mostró el escrito a Froylán C. Manjarrez (director del informativo) para que lo publicara y éste, al conocer el contenido, notificó a Cárdenas quien pidió enseguida la renuncia a Ramos.
El general Calles recibió numerosas notas de apoyo de miembros de la clase política, mientras que obreros y campesinos protestaron ante la intromisión del “Jefe Máximo” y las críticas que hacía al gobierno e incluso varios sindicatos formaron el Comité Nacional de Defensa Proletaria (CNDP) en apoyo de Lázaro Cárdenas. Esta organización fue el antecedente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
El 14 de junio se publicó en los diarios la respuesta de Cárdenas a las declaraciones de Calles (Documento 2). En ella el presidente hace hincapié en que no ha fomentado desde su posición las divisiones entre el grupo revolucionario, que las huelgas eran una “consecuencia del acomodamiento de los intereses representados por los dos factores de la producción…” y que tanto trabajadores y patrones les garantizaba el respeto de sus derechos. Pero lo más destacable de su comunicado fue que enfatizó su autoridad como jefe del Poder Ejecutivo.
Ese mismo día Cárdenas pidió la renuncia de todos los miembros de su gabinete y el 17 del mismo mes integró uno nuevo sin elementos del callismo y con Emilio Portes Gil en la presidencia del Comité Ejecutivo del PNR.
Hubo múltiples demostraciones de apoyo al presidente, y ante la agitación social, el general Calles anunció el 16 de junio su salida de la capital del país, la cual efectuó el 19 cuando partió rumbo a Mazatlán, Sinaloa, para después dirigirse a Los Ángeles, California.
En los meses siguientes, el conflicto permaneció, aunque con menos intensidad, hasta el 11 septiembre de 1935, cuando se registró una balacera en la Cámara de Diputados en la que murieron dos legisladores de filiación cardenista Manuel Martínez Valadez y Luis Méndez (3), por lo que al día siguiente se desaforó a 17 diputados callistas.
El conflicto se reavivó con el regreso de Calles a la ciudad de México el 13 de diciembre, acompañado de Luis N. Morones. Ese día declaró que había vuelto “hacer la defensa del régimen callista contra los ataques de los seis últimos meses” [Luis Javier Garrido, El Partido de la Revolución Institucionalizada. La formación del nuevo estado en México (1928-1945), México, Siglo Veintiuno Editores, 1998m, p.197].
En el Senado se tomaron medidas para seguir eliminando a los callistas que aún quedaban en el aparato político; primero se desaforó a 5 senadores y se desaparecieron los poderes de los estados de Guanajuato, Durango, Sinaloa y Sonora, gobernados aún por allegados a Calles. En el ejército fueron destituidos de sus puestos los generales Joaquín Amaro, Manuel Medinaveytia Esquivel y José María Tapia.
El 17 de ese mes se anunció por medio del recién creado diario callista El Instante, que se había encargado de publicar las declaraciones del “Jefe Máximo”, que el resto de los periódicos se había negado, la conformación de un nuevo partido llamado “Partido Constitucional Revolucionario” formado por quienes apoyaban al general Calles, que habían sido excluidos del partido y del gobierno (Documento 4).
En el PNR la reacción fue continuar la purga de los elementos callistas que restaban en su interior.
En los siguientes días se realizaron múltiples manifestaciones de apoyo al régimen cardenista, organizadas principalmente por la CNDP, la principal se efectuó el 22 de diciembre, en la cual participó, junto a las organizaciones obreras, el “Frente Único Campesino Nacional” y que según cifras oficiales alcanzó un número de 80 mil asistentes.
A pesar de esa significativa demostración popular de respaldo al gobierno, el callismo no se dio por vencido y se continuó con la organización del nuevo partido, por el que el gobierno también intensificó las medidas contra este grupo opositor. El 9 de enero de 1936 se llamó a testificar a Calles por el contrabando de armas por Nogales, Sonora, en 1915.
El acontecimiento que provocó el desenlace del conflicto fue cuando el 5 de abril de 1936 un tren que iba de Veracruz a la ciudad de México, fue dinamitado cerca de la estación de Paso Grande. Al respecto Cárdenas escribió lo siguiente:
Los llamados “amigos” del general Calles vuelven a reanudar las agitaciones en el país. Se registra la voladura del tren cerca de la Estación Orizaba, sobre la vía Veracruz, y se emprende una activa labor subversiva entre elementos del Ejército, labor que transmiten al Gobierno varios jefes y oficiales (ejemplo de lo anterior se puede encontrar en el Documento 5). El Gobierno dispone no se proceda contra ninguno.
En el atentado murieron 13 personas y Cárdenas envío a Francisco J. Múgica a disuadir a Calles para que abandonara el país; finalmente el presidente resolvió que se expulsara a Calles junto con tres civiles, que fueron: Luis N. Morones, Luis L. León y Melchor Ortega. En sus “apuntes” Cárdenas escribió que el enviar a Calles al exilio fue: “con el propósito de evitar con ello medidas más drásticas en contra del referido grupo y no dar lugar, a la vez, a derramamientos de sangre que ocasionarían una guerra civil”[Lázaro Cárdenas, Obras. I-Apuntes 1913-1940, México, UNAM, 1972, p.338].
El 9 de abril el general Rafael Navarro Cortina, comandante de las Fuerzas Militares del Distrito Federal, fue el encargado de notificar a Plutarco Elías Calles su salida del país, en un avión que lo llevaría el día siguiente a Brownsville, Texas. También fueron arrestados los tres civiles que lo acompañarían Morones, León y Ortega.
Lázaro Cárdenas envió una nota a los diarios, donde explicaba que se pasó de una actitud vigilante a tomar medidas de emergencia; es decir el exilio (Documento 6). Finalmente, en sus apuntes concluye el tema escribiendo: “Los que pasan por la primera magistratura del país no deben aspirar a representar mayor autoridad política que el que tiene constitucionalmente la responsabilidad presidencial” (Documento 7).
Aunque si bien fue evidente desde junio de 1935 que el general Calles ya no gozaba del poder político suficiente para enfrentar al gobierno cardenista, ya que tener el control de la clase política ya no era suficiente en esos momentos para controlar del país, no fue sino hasta el 10 de abril de 1936, cuando con su exilio quedó anulado el callismo de la vida política de México y el presidencialismo se convirtió en un elemento característico del sistema político mexicano.
Fuentes documentales
Historia documental del Partido de la Revolución, 3 t., México, PRI-ICAP, 1981. |
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El Nacional, 14 de junio de 1935. |
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El Nacional, 12 de septiembre de 1935. |
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León, Luis L., Crónica del poder. En los recuerdos de un político en el México revolucionario, México, FCE, 1987, pp. 402-403. |
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AGN. LCR 544.41/6 fojas |
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El Nacional, 11 de abril de 1936. |
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Cárdenas del Río, Lázaro, Obras. Apuntes 1913-1940, México, UNAM, 1972, p.340. |
Recomendación bibliográfica
· Dulles, John W.F., Ayer en México. Una crónica de la Revolución. 1919-1936, México, FCE, 1977.
- Garrido, Luis Javier, El partido de la revolución institucionalizada. La formación del nuevo estado en México (1928-1945), México, siglo veintiuno editores, 1998.
- León, Luis L., Crónica del poder. En los recuerdos de un político en el México revolucionario, México, FCE, 1987.
- Portes Gil, Emilio, Autobiografía de la Revolución mexicana. Un tratado de interpretación histórica, México, Instituto Mexicano de Cultura, 1964.
- Portes Gil, Emilio, Autobiografía de la Revolución mexicana. Un tratado de interpretación histórica, México, Instituto Mexicano de Cultura, 1964.
Viernes 17 de octubre de 2014 11:52:29
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