Fecha de nacimiento:
10 de abril de 1789
Fecha de muerte:
21 de agosto de 1842
María de la Soledad Leona Camila Martín Vicario y Fernández de San Salvador nació el 10 de abril de 1789 en la Ciudad de México. Fue hija única de Gaspar Martín Vicario, comerciante español y de Camila Fernández. Durante su infancia, Leona recibió una educación esmerada, conforme a los cánones de la época para las señoritas de clase alta, pero también fuera de ellos, como lo reflejaba su colección de obras filosóficas, literarias, tratados de historia y de ciencias naturales.
Al estallar la guerra de independencia, se integró a la sociedad secreta "Los Guadalupes", grupo conformado por hombres y mujeres de diferentes procedencias quienes se encargaban de suministrar información, armas y recursos. Leona asistía a tertulias y reuniones donde recogía noticias sobre los movimientos planeados por los realistas y los transmitía a los jefes insurgentes. Además, mandaba fabricar suministros de guerra y pagaba recursos para las tropas.
De esa manera se mantuvo los primeros años de la insurgencia, hasta que a principios de 1813 uno de sus correos fue interceptado. Gracias a “Los Guadalupes”, Vicario se enteró y huyó hacia San Antonio Huixquilucan, días después fue localizada y trasladada al Colegio de San Miguel de Belén de las Mochas y puesta a disposición de las autoridades.
Con tan sólo 24 años, dio muestra de su entereza, al no ceder ante los interrogatorios en donde la presionaron para que entregara a sus compañeros. Ignacio López Rayón, reconociendo su valor y acciones por la causa independentista, mandó a soldados de su tropa para ayudarla a escapar del cautiverio. Al lograrse la fuga, a finales de abril de 1813, se mantuvo oculta y salió hacia Oaxaca donde se reunió con Andrés Quintana Roo, con quien contraería matrimonio. En Chilpancingo recibiría su primer homenaje al ser declarada "Benemérita de la Patria".
Los años siguientes rechazó de nuevo los indultos que le ofrecieron los realistas. En 1817, nació Genoveva, su primogénita. Se escondía en la Sierra de Tlatlaya, donde poco tiempo después dos antiguos insurgentes la delataron y fue capturada. El matrimonio se estableció en Toluca donde vivieron en la miseria hasta 1820, cuando se les autorizó regresar a la Ciudad de México donde tuvieron a su segunda hija, María Dolores.
En 1831 Lucas Alamán la acusó de haber actuado sólo por “cierto heroísmo romancesco”. En respuesta Leona escribió una carta vindicativa donde le aseguró que “no solo el amor es el móvil de las acciones de las mujeres; que ellas son capaces de todos los entusiasmos, y que los deseos de la gloria y de la libertad de la patria, no les son unos sentimientos extraños”.
A las nueve de la noche, del 21 de agosto de 1842, Leona falleció en su casa. Desde 1925, sus restos reposan en la Columna de la Independencia.