Zapata y los Libros
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Emiliano en el jardin Borda

Si algo define a los pobladores de Anenecuilco, fue la tenaz resistencia por defender sus tierras, sus pastos y el uso de su agua, resistencia que inició en el siglo XVI y continuó a lo largo del siglo XIX, cuando México emergió como una nación independiente, libre y soberana.
Zapata fue un eslabón más en esa historia de resistencia agraria de larga duración. En 1909, la vida del campesino Emiliano Zapata dio un giro radical, cuando el consejo de ancianos de Anenecuilco lo nombró en una asamblea presidente del comité de defensa de las tierras comunales. Zapata, quien entonces tenía treinta años, aceptó el encargo, recibió los títulos de propiedad que amparaban la posesión de sus tierras comunales y se echó sobre sus hombros la tarea no sólo de resguardar, aún a costa de su vida esos documentos, sino de hacer todo lo que estuviera en sus manos para que su pueblo recupera las tierras que le pertenecían.
Zapata revisó con atención los títulos de propiedad de Anenecuilco. Ahí descubrió una historia de resistencia centenaria. Zapata comprendió que él era parte de esa resistencia centenaria y que no les podía fallar. Su vida, a partir de entonces la dedicó en cuerpo y alma a cumplir con ese compromiso, a no fallarle a su pueblo, ni fallarle a los pueblos que lo siguieron, a los habitantes de las comunidades de Morelos ni a sus soldados que se incorporaron al Ejército Libertador del Sur que lo ungió como su comandante supremo.
La Revolución Mexicana habría sido una muy diferente sin Emiliano Zapata y el movimiento que encabezó. El zapatismo le imprimió un contenido social agrario, radical. El zapatismo contribuyó a que la Revolución Mexicana fuera una verdadera revolución social. Con ello, Zapata tuvo un lugar especial en nuestra historia y es quizá, el personaje que ha sido mayormente representado por los artistas plásticos a lo largo y ancho de nuestro territorio y más allá de nuestras fronteras.
Este catálogo de la exposición que se montó en el Jardín Borda de Cuernavaca, un sitio histórico que Zapata recorrió, es una magnífica muestra gráfica del Caudillo del Sur en el que se puede observar y admirar la forma en que lo han representado la pintura y las artes plásticas. La belleza de esta exposición, como lo podrán constatar los lectores de este catálogo, es un homenaje más a este gran personaje histórico al que tanto le deben los campesinos de México y el mundo.

 

Zapata Vive en ti

Emiliano Zapata Salazar, es uno de los héroes mexicanos más representados por la plástica mexicana. Su figura de charro y de revolucionario ha sido plasmada en la pintura, en la escultura, en grabados y en estatuas que rinden merecido homenaje a su legado para la revolución social de México, tanto la que ha tenido ya lugar como la que está todavía por hacerse.
Zapata es también personaje e icono convocante para la realización de la exposición Zapata vive en ti, llevada a cabo en el Museo José Luis Cuevas, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Exposición que generosamente contó con la presencia de la Colección Elías Almanza/Patronato Zapata Vive en Ti, integrada por la obra, entre otros de, Alberto Aragón Reyes, Antonio Delmar, Raúl Carrillo o César Gustavo; la Colección Arnold Belkin, artista cuya obra “refleja tanto su profundo amor por la historia y cultura mexicanas como sus convicciones políticas y compromiso con las causas sociales”; la Colección Arnaldo Coen, quien desde la mirada del “presente perpetuo” nos hace mirar la persistente presencia de Zapata; la Colección del Taller de la Gráfica Popular y el Archivo Gráfico de El Nacional, con piezas de enorme belleza e importancia por los momentos en que fueron creadas y difundidas, lo que las hace muestras de historia viva. Finalmente, este catálogo contiene una Cronología de Emiliano Zapata, con imágenes fotográficas e ilustraciones que nos llevan de la mano por la biografía del Caudillo del Sur.

 

El plan de Ayala, sus orígenes y su promulgación

La causa por que luchamos, los principios e ideales que defendemos, son ya bien conocidos de nuestros compatriotas, puesto que en su mayoría se han agrupado en torno de esta bandera de redención, de este lábaro santo del derecho, bautizado con el sencillo nombre de Plan de Villa de Ayala. Allí están contenidas las más justas aspiraciones del pueblo, planteadas las más imperiosas necesidades sociales, propuestas las más importantes reformas económicas y políticas, sin cuya implantación, el país rodaría inevitablemente al abismo, hundiéndose en el caos de la ignorancia, de la miseria y de la esclavitud.


Campamento Revolucionario
en Morelos, 20 de octubre de 1913.
El General en Jefe del Ejército
Libertador del Sur y Centro, Emiliano Zapata.

 

Emiliano Zapata, Antología

La presente antología ofrece una selección de documentos que dan testimonio fiel de las ideas que se rebelaron durante el movimiento revolucionario de 1910 en Morelos, encabezado por Emiliano Zapata. Es resultado de los trabajos de investigación llevados a cabo en la Dirección de Estudios Históricos, del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Tiene, además, el carácter de una rica sinfonía de voces de quienes intervinieron en ese movimiento.
Los documentos provienen de todos los principales repositorios zapatistas, como son los archivos del Cuartel General y los de los destacados jefes Genovevo de la O y Jenaro Amezcua.
En conjunto, esta antología presenta lo que podría denominarse la evolución del proyecto zapatista, entre 1911 y 1920, reflejando sus aspiraciones para la sociedad morelense, en particular, y sus anhelos en general para el país. En lo particular, muestra el nutrido y complejo programa de gobierno zapatista, con información de la administración militar y civil, así como de los temas económicos, sociales y culturales.

 

A 100 años, Iconografía de Emiliano Zapata
INEHRM

Emiliano Zapata Salazar, el Caudillo del Sur, el símbolo del agrarismo mexicano, es un personaje universal, cuya figura ha trascendido las fronteras nacionales convirtiéndose en quien mejor representa la lucha por la tierra, la justicia, la libertad y la dignidad de los campesinos. Es uno de los héroes mexicanos más representados por la plástica mexicana. Su figura de charro y de revolucionario ha sido plasmada en la pintura, en la escultura, en grabados y en estatuas que rinden merecido homenaje a su legado para la revolución social de México, tanto la que ha tenido ya lugar como la que está todavía por hacerse. Zapata, al igual que Villa, ha sido rescatado por el movimiento popular, sobre todo por los estudiantes a partir de 1968, y ha sido usado también como estandarte por muchos de los movimientos campesinos, obreros, magisteriales, estudiantiles y populares independientes del Estado desde entonces.

Zapata es, además, uno de los personajes más fotografiados e icónicos de la Revolución Mexicana. Tal vez la fotografía más conocida y reproducida de ella sea la famosa foto en donde Villa y Zapata aparecen juntos en el despacho presidencial del Palacio Nacional, fotografía que representa el cenit de la revolución popular que ambos caudillos encabezaron.

Esta iconografía de Emiliano Zapata es un homenaje al Caudillo del Sur realizada con motivo del Centenario de su asesinato. En ella se muestran algunas de las mejores fotografías del líder suriano, de su entorno, de sus compañeros y familiares y de los homenajes en su honor, unas muy conocidas, otras menos, así como fotografías inéditas que forman parte del archivo familiar de Édgar Castro Zapata, bisnieto del general.

 

El plan de Ayala
Felipe Ávila

Para entender el zapatismo y su influencia en la historia social del México contemporáneo es necesario partir del Plan de Ayala, que es, sin lugar a dudas, el escrito básico y clave para explicar el movimiento suriano. A través de él, el zapatismo definió su identidad y el cuerpo de ideas centrales que constituirían el eje de su programa y de su actividad durante los siguientes años. Como texto fundador del zapatismo, el Plan de Ayala constituye un documento acabado, original, que representa la culminación ideológica y política de lo que había sido la experiencia de los zapatistas, desde el comienzo de su insurrección contra Díaz, hasta la ruptura con Madero.

 

 

La revolución agraria del sur y Emiliano Zapata, su caudillo
Antonio Díaz Soto y Gama

Hace poco más de media centuria que La revolución agraria del sur y Emiliano Zapata, su caudillo, salió a la luz por primera vez, bajo la edición de su propio autor, el reconocido zapatista Antonio Díaz Soto y Gama. Desde entonces, el libro se convirtió en una obra de consulta obligada para aquellos que se dejan seducir por la figura del hombre de Anenecuilco; es una especie de “obra de transición” entre la historia testimonial de los que hicieron y participaron en la Revolución y la historia académica que empezó a despuntar en los años sesenta del siglo XX, bajo su interpretación revisionista.

De esta manera, al Antonio Díaz Soto y Gama agobado, revolucionario, periodista y tribuno, se le debe reconocer también como historiador, cuya obra —y no podía ser de otra manera, atendiendo su personalidad— seguirá generando polémica, sembrando nuevas dudas e iniciando a muchos en el culto al gran caudillo agrarista Emiliano Zapata.

 

 

Dos visiones del zapatismo.
Luis Araquistán
Agustin Cue Cánovas

Dos visiones del zapatismo, nada más atinado que este título que pretende reunir las reflexiones de dos escritores sobre dicho movimiento revolucionario. Uno, Luis Araquistáin (1886-1959), periodista español, miembro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE); el otro, Agustín Cue Cánovas (1913-1971), mexicano, catedrático e historiador.

     Araquistáin visitó México en el transcurso de su estancia de dos años en Latinoamérica, en 1928 escribió un libro sobre la Revolución Mexicana y sus hombres y dedicó uno de sus apartados a Emiliano Zapata, mismo que tituló “El Espartaco de México”. En este texto describe un primer encuentro, durante un recorrido por el estado de Morelos, con los remanentes del zapatismo, hombres que bajo el amparo del Plan de Ayala permanecían en lucha por la “causa”, la restitución legal de sus tierras. Y es a partir de ese encuentro que Araquistáin reconoce en Zapata al verdadero impulsor del programa agrario implementado por la Revolución de 1910. Hace una revisión del Zapata líder, de su lucha y de lo artero de su asesinato, para así explicar la permanencia de la “causa” entre los campesinos de Morelos.

     Cue Cánovas fue abogado, escritor, docente, historiador, periodista, catedrático y pedagogo; egresado de la Escuela Nacional de Maestros, a su vez fue formador de generaciones de pensadores sociales. Dedicó su obra escrita a una nueva revisión sobre la historia de México, en especial del siglo XX.

 

 

Cómo murió el general Emiliano Zapata. Caudillo del agrarismo
SABINO DOMÍNGUEZ AGUIRRE

El general Sabino Domínguez Aguirre, autor del relato que aquí publicamos, inició sus actividades revolucionarias en los primeros meses del año de 1911. Militó en las filas zapatistas durante más de 8 años, llegando a obtener el grado de coronel en el Ejército Libertador del Sur y a ser uno de los hombres de mayor confianza del héroe del agrarismo. Durante los últimos días de marzo y la primera decena de abril de 1919, estuvo con su fuerza formando parte de la gente que acompañó al general Zapata, por lo que se dio cuenta de la abominable traición de Guajardo y de la muerte del caudillo.Patria, 28 de febrero de 1951.

 

 

Emiliano Zapata y el agrarismo en México. Tomo I
GILDARDO MAGAÑA

Nacido en Zamora, Michoacán, en 1891, el general Gildardo Magaña se formó en el seminario de Zamora para después seguir estudios comerciales en San Antonio, Texas. Sus inquietudes revolucionarias lo llevaron a apoyar a Madero y, posteriormente, a Emiliano Zapata. Fue firmante del Plan de Ayala y jefe del Estado Mayor del Caudillo del Sur. Representante del movimiento suriano en la Convención de Aguascalientes, fue nombrado gobernador del Distrito Federal durante la ocupación de la capital por las fuerzas revolucionarias. Al ser asesinado Zapata en 1919, Magaña lo sucedió a la cabeza de la revolución agrarista. Pactó con los sonorenses en 1920 y le fue reconocido su grado, con el que se incorporó al Ejército Nacional. Fue gobernador de su estado natal, hasta su muerte, ocurrida en 1939. Depositario del archivo de Zapata, lo utilizó para componer su voluminosa obra Emiliano Zapata y el agrarismo en México. De ella se publicaron dos volúmenes en vida del autor. Los tres restantes, que Magaña tenía proyectados, fueron escritos por Carlos Pérez Guerrero, quien fue seleccionado por el Frente Zapatista para culminar la obra.

 

 

Emiliano Zapata y el Agrarismo en México Tomo II
GILDARDO MAGAÑA

El tomo I de esta obra describe los encuentros y desencuentros entre Francisco I. Madero y Emiliano Zapata, así como la red de intrigas y mentiras que algunos de los cercanos colaboradores del coahuilense urdieron con el fin de rodear de sombras toda comprensión entre el Jefe de la Revolución y el general suriano. Este tomo II describe los hechos que llevaron a la ruptura entre esos dos personajes, el incremento de las luchas tanto en el norte como en el sur del territorio nacional, los primeros acercamientos entre Francisco Villa y el Zapata, para finalmente cerrar con las maquinaciones de Victoriano Huerta, quien buscaba la caída del gobierno maderista.

 

 

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